Los niños monstruos son los que mandan en la familia. Si se les deja crecer sin respetar la autoridad de los padres, llegan así a la adolescencia. Al no ponerles límites, ni reglas en la casa empiezan a tener problemas en la escuela, con la sociedad y la justicia.
Se crea un hijo o hija monstruo cuando no ejercemos la autoridad, no ponemos límites, ni reglas.
El monstruo logra su poder porque lo complacen, lo apoyan y los padres caen en ese chantaje.
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