Además de unos pies llenos de durezas, experimenta constantes dolores de espalda, debido al peso que debe cargar sin poder sentarse durante su turno de 10 horas. Es de las que hace 60 horas a la semana, en lugar de 40, para poder subsistir ante el encarecimiento del coste de la vida.
"Somos personas, no robots", dice a EFE, haciéndose eco de uno de los eslóganes de la huelga, para explicar el constante control y reprimendas a los que están sometidos por parte de sus superiores.
"Siempre nos exigen rendir más, nunca es suficiente. Yo me estoy dejando la salud y no veo la luz del dÃa", añade Justyna Nowak, una polaca de 35 años.
Frente a la condena generalizada de unos objetivos excesivos, un portavoz de Amazon dijo a EFE que "las métricas de rendimiento se evalúan periódicamente y se basan en puntos de referencia basados en el historial de rendimiento real de los empleados".
"Observamos su desempeño y luego establecemos esa medida, siempre con la seguridad en mente", explicó.
Otra de las quejas más comunes entre los huelguistas es la insuficiencia de lavabos en unas instalaciones con más de 14 kilómetros de cintas transportadoras, lo que en algún caso ha motivado, según cuentan, que orinen en botellas.
La empresa dice en cambio que "todos los empleados tienen fácil acceso a las instalaciones sanitarias, que se encuentran a poca distancia a pie de su lugar de trabajo, y pueden usar el baño cuando sea necesario".
Varios trabajadores contaron a EFE incidentes de lesiones y problemas de salud, incluidos abortos espontáneos y vahÃdos, en los que la dirección fue reacia a llamar a una ambulancia, presuntamente para no ensuciar su imagen.
"Yo llevo dos prótesis en la rodilla y un dÃa me hice daño y no podÃa moverme. En lugar de llevarme al hospital de urgencia, me hicieron llamar a mi marido para que viniera a buscarme", cuenta Marie Connelly, de 57 años
El portavoz de Amazon manifestó por su parte que "mantener a nuestros empleados seguros es la prioridad número uno y lo más importante que hacemos".
"Trabajamos en estrecha colaboración con expertos en salud y seguridad, realizamos miles de inspecciones en nuestros edificios y buscamos activamente la opinión de la gente sobre cómo podemos mejorar su bienestar en el trabajo", declaró.
Sea por falta de voluntad o de comunicación, parece que los empleados que se manifiestan esta semana a las puertas de la planta de Coventry no se sienten escuchados.
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