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Las sanciones a Rusia saltaron como liebres desde Occidente, una vez que el Kremlin reconoció como independientes a las repúblicas de Lugansk y Donetsk, en Ucrania. Tal pareciera que estaban redactadas sobre el buró de los jefes de Estado o de Gobierno y, cuando aún VladÃmir Putin no habÃa terminado su discurso a la nación, la gran prensa se hacÃa eco de las medidas que tomaban Washington, Londres, Alemania y la Unión Europea, entre otros.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fue convocado y celebrado en tiempo récord y la OTAN se encarga de alistar fuerzas y medios militares para cuando desde Estados Unidos den la orden. El ambiente contaminado pareciera el del preludio de una confrontación mundial.
Ojalá haya sentido común, se elimine el lenguaje bélico y se acuda a la negociación.
Este martes, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, comunicó que la Unión Europea sancionó a 351 diputados rusos y a 27 personas fÃsicas y entidades jurÃdicas. Amenazó con «no descartar que se tomen sanciones adicionales en caso de una escalada de tensiones en Ucrania».
El Presidente ruso, explicó, respecto al reconocimiento de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, que «Europa no ha conseguido hacer que Kiev aplique los Acuerdos de Minsk», por lo que a Rusia no le quedó otra opción. ¿Qué es lo siguiente que Ãbamos a esperar, un genocidio?, preguntó.
Interrogado por los periodistas sobre el posible uso de las Fuerzas Armadas en este conflicto, confirmó que «utilizarÃa las Fuerzas Armadas de Rusia si fuera necesario para defender las repúblicas de Donetsk y Lugansk».
En el escenario actual, más antirruso que bélico, Occidente ha sacado todas sus armas. Mientras, el presidente ucraniano VladÃmir Zelenski amenazó este martes con «romper las relaciones con Moscú».
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, anunció que ordenó detener el proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2, y la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, confirmó que el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 está congelado.
Por su parte, el Gobierno británico sancionó a cinco instituciones financieras rusas y a tres profesionales de «alto rango» del referido paÃs, en la primera ronda de sanciones que entrarán en vigor «inmediatamente», informó Sputnik.
«Tendremos más sanciones preparadas para aplicarlas, junto a Estados Unidos y la Unión Europea, si hay una escalada más de la situación», dijo el premier británico, Boris Johnson, en su declaración parlamentaria.
Mientras las sanciones le añaden tensión a la creciente escalada, nadie ignora el afán belicista que históricamente ha sostenido la OTAN, y el peligro que significa su expansión al este para la seguridad de Rusia.
El empeño de Estados Unidos por imponer la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia constituye una amenaza a la seguridad nacional de este paÃs y a la paz regional e internacional.
El escenario actual tiene un fuerte olor a pólvora en la región, con la posibilidad de que el mundo sea empujado a una guerra. Occidente, con su despliegue militar y la gran prensa a su servicio, pudiera detonar lo que Rusia y la comunidad internacional quieren evitar: una guerra.
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