No son críticas gratuitas. Antes de empezar con la teoría, has de grabarte estas cifras a fuego: 61,6% y 85,5%. La primera corresponde a las veces que ellas alcanzan el orgasmo, y el segundo, a la de ellos. Todo ello según una investigación realizada por el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana.
Vamos allá. Recogemos las claves que debes seguir para que tu pareja, compañera o amiga tenga el mayor éxtasis de su vida.
1) Contextualiza
Las mujeres no son como vosotros. Su orgasmo es más emocional: si su cabeza y su cuerpo no están en sintonía, lo más probable es que acabe por fingir el orgasmo para que pares de una vez. O será sincera y verás que has fracasado. No entiendes nada, porque has hecho todo bien: caricias, lametones, preliminares... pero nada. ¿Qué se te ha olvidado? Contextualizar el acto sexua
2) No tengas prisa
Muchos hombres cometen este error: van demasiado rápido. No puedes tocar los pezones o el clítoris de una mujer y pensar que sólo con eso se va a excitar. Además, resulta muy incómodo que lo hagas si ella aún no ha entrado en el juego: puedes hacerle daño. Empieza con besos en la boca, en el cuello, en la espalda, la entrepierna... y cuando lo veas claro, estimula las zonas propiamente erógenas.
3) Estimula el clítoris
Una vez que hayas comprobado que está excitada, has de estimular el clítoris, también conocido como el botón del placer. Un estudio publicado en el 'Journal of Sex & Marital Therapy', a partir de 1.055 entrevistas con mujeres desde los 18 hasta los 94 años, determinó que más de un tercio de las consultadas (un 37%) necesitaban estimulación clitoriana para poder alcanzar el orgasmo durante el coito. Cuando este órgano entraba en la ecuación, más de un 40% de las mujeres afirmaba llegar al orgasmo más del 75% de las ocasiones. Tan solo un 18% reconocía poder llegar al clímax únicamente con la penetración vaginal. Las cifras hablan por sí solas. Si quieres que tenga un gran orgasmo, hazlo a lo grande.
4) Comprueba que está mojado
Antes de entrar, debes comprobar que está suficientemente lubricado. Si la metes a lo bruto no solo puedes hacerle daño a ella, sino que además puedes desgarrarte el frenillo (duele bastante, tendrás que ir a urgencias y tendrás puntos...). No obstante, has de tener en cuenta que mojado no significa listo. Lo mejor es preguntar, y si te dice que sí puedes iniciar la prenetración pero su lenguaje no verbal te dice otra cosa, espera. No hay ninguna prisa. Puedes practicar sexo oral. Ten una cosa clara: cuando ella quiera comenzar con el coito de verdad, te lo hará saber.
5) Cuida los olores
De todos nuestros sentidos, el olfato nos conecta con nuestra naturaleza más primitiva. Un olor nos puede gustar, resultarnos desagradable o dejarnos indiferente, pero nadie se pone a reflexionar sobre las impresiones que este nos causa. Los síntomas de una fuerte atracción son una suma acelerada de reacciones químicas en el cerebro que empiezan con la percepción del olor corporal de la persona que nos atrapa.
Al respecto, Rebecca Rosenblat, psicoterapeuta especializada en relaciones de pareja y sexualidad, aconseja a los hombres que se hagan con algunas fragancias masculinas que simulen los olores causados por altos niveles de testosterona. Eso, sin duda, aumentará la intensidad de su orgasmo.
6) Zona derecha de la espalda
Tienes que recorrer tantas zonas del cuerpo como puedas, pero sobre todo, la espalda. Besa, acaricia o cosquillea el lado derecho de esta parte del cuerpo durante el acto. Por las terminaciones nerviosas que se encuentran localizadas en esta parte del cuerpo, Rosenblat asegura que dicha zona resulta más intensa que el izquierdo para las mujeres.
7) Sé gracioso
Reír aumenta la satisfacción sexual de la mujer. Para el género femenino un hombre divertido es también uno que se acepta y que muestra confianza. En definitiva: el sentido del humor del hombre es todo un afrodisíaco para ellas. Lo dice un trabajo llevado a cabo por la Universidad de Albany liderado por el psicólogo George Gallup.
Reír favorece la circulación y la oxigenación de la sangre y estimula la generación de endorfinas, neurotransmisores que son toda una droga para el amor y para el sexo. El cuerpo las produce especialmente durante las fases de enamoramiento, así como durante los orgasmos. tomado de alma corazon y vida
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