Millones de estadounidenses y no pocos aliados de ese país en el mundo recibieron con esperanza la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca hace un año. Concluía la presidencia de Donald Trump que, más allá de sus aciertos y errores, había estado marcada por numerosas polémicas.
El triunfo de Biden venía acompañado de una inesperada aunque precaria mayoría en el Congreso, que alimentó entre sus partidarios el optimismo de que su gobierno llevaría adelante una agenda ambiciosa.Recuperar la economía del país tras los embates de la pandemia, instaurar un salario mínimo federal de US$15 por hora, estudios universitarios gratuitos para la mayoría de los estudiantes, aumentar los recursos federales destinados a salud y educación, poner fin a la política migratoria de línea dura de Trump, dar prioridad a la lucha contra el cambio climático y resolver las tensiones existentes con los aliados internacionales eran algunas de las piezas clave de esa agenda.
Algunos de sus objetivos ya se cumplieron, pero otros han sido más elusivos, incluyendo los que en el actual contexto político lucen improbables, lo que hacausado una creciente frustración entre sus votantes.Esto se ha reflejado en las encuestas, en las que luego de culminar sus primeros 100 días de gobierno con un apoyo de 57%, Biden ha visto menguar esos números. En septiembre pasado, cayeron tras la polémica retirada de las fuerzas estadounidenses en Afganistán y desde entonces han permanecido en torno a 43%, de acuerdo con Gallup.
La recuperación de la economía y la reducción de la pobreza: logro
Entre enero y diciembre de 2021 la tasa de desempleo en Estados Unidos se redujo de 6,4% a 3,9%, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. Se trata, según los economistas, de la mayor caída del desempleo en un mismo año ocurrida en la historia del país.Ya en el tercer trimestre de 2021, el Producto Interior Bruto estadounidense había superado sus niveles registrados antes de la pandemia. También aumentaron los niveles de ahorro de los hogares, el salario promedio de los trabajadores y, en general, el consumo y la demanda interna.
Esta recuperación económica acelerada es atribuida, en parte, a las políticas y ayudas económicas impulsadas por el gobierno de Biden, incluyendo los cheques de estímulo que recibieron los ciudadanos, el refuerzo de las ayudas por desempleo y el Programa de Cupones para Alimentos, así como las ayudas fiscales para familias con hijos menores de edad.Estas medidas estaban incluidas en el plan de estímulo económico (Ley Estadounidense de Rescate) por US$1,9 billones aprobado por el Congreso y promulgado por Biden en marzo de 2021.Un análisis del Urban Institute, un centro de estudios con sede en Washington D.C., estimó que el impacto de estas medidas se reflejaría en un descenso de la pobreza del 13,9% (estimado para 2018) al 7,7% anual y, en el caso concreto de los niños, se reduciría hasta el 5,6%La rápida recuperación del consumo está teniendo, sin embargo, un impacto negativo también en la economía pues ocurre en un momento en el cual las cadenas de suministro globales aún no pueden responder plenamente debido a la pandemia, lo que se ha reflejado en una inflación interanual de 6,8%, la mayor cifra registrada en el país en 39 años.
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