
Casi 600 empleados sanitarios estadounidenses en contacto directo con pacientes de coronavirus han fallecido, tras contagiarse de la enfermedad respiratoria, según un escrutinio elaborado conjuntamente por el diario británico The Guardian y la organización Kaiser Health News (KHN), con sede en San Francisco (California).
El estudio, titulado Lost on the Frontline (Perdidos en el frente), precisa que entre los fallecidos se encuentran médicos, profesionales de la enfermerÃa y empleados esenciales en los hospitales, como bedeles o administrativos.
La mayorÃa de los identificados son personas de raza negra o asiática, de acuerdo con las estimaciones, muy superiores a las ofrecidas por la organización encargada de este tipo de balance, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE.UU.
De hecho, este órgano, que cifra los fallecidos en 363, ha reconocido que el balance de muertos entre los facultativos sanitarios es mucho mayor del que estiman sus estadÃsticas dada la carga de trabajo que tienen en otros ámbitos para controlar la enfermedad. La institución ha estimado que alrededor de 9300 profesionales de la salud del paÃs norteamericano han dado positivo por la COVID-19.
El personal sanitario debe desempeñar sus labores en una precaria situación, denuncia Lost on the Frontline, y pone como ejemplo que estos trabajadores se han visto obligados a usar bolsas de basura para protegerse, o usar mascarillas faciales reutilizables mientras atienden a los pacientes del virus mortal.
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